Información gratuita Vs innovación

25 Oct

El periodismo tradicional está viviendo una época de cambio debido al auge de las nuevas tecnologías que lo están transformando todo. Por ello es necesario buscar nuevas vías para reactivar el negocio. Pedro J. Ramirez, nos habla en su artículo “Hacia una nueva edad de oro de los periódicos” de todos estos cambios, del futuro del periodismo y de las ideas que tiene para desarrollar un nuevo modelo de negocio.

Hacia una nueva Edad de Oro de los periódicos

James Harding, director de ‘The Times’, junto a Pedro J. Ramírez, en la LSE. | L. M. del Diario el Mundo

Aunque estamos de acuerdo con que ante la situación en que se encuentra el sector Periodístico es necesario buscar nuevas formas o tendencias  para salir de la crisis, apostar por la Información de pago no sería la decisión más acertada si nos centramos en un punto de vista social. Debido a la situación de crisis económica actual que padece hoy la sociedad, no sería visto con muy buenos ojos que un bien tan necesario como es la información, que hasta el momento ha sido “gratuito”, pase a ser de pago.
Las familias españolas están viviendo una situación económica muy difícil por lo tanto no recibiría con los brazos abiertos el hecho de pagar por mantenerse informados, aunque se trate de una cantidad, como Pedro J. dice en el artículo, «bastante razonable e incluso atractiva».


Por otro lado, encontramos expertos que apoyan la idea de modelo de negocio que nos plantea Pedro J en su artículo. Pilar Diezhandino, Arianna Huffington y Luís María Ansón  entran en el debate y dejan clara su posición. Asi como Juan Varela  que nos ofrece otro punto de vista y considera que se exagera al hablar de Edad de Oro de los periódicos.

Sin embargo, la gente está acostumbrada a acceder a todo tipo de información de forma gratuita y este no es el mejor momento para pretender que paguen por ello. Sobre todo si nos referimos al ciudadano medio, sin tener en cuenta a las clases sociales más altas. Seguramente, la aplicación Orbyt haya sido creada para el disfrute de unos pocos que estén  dispuestos a pagar por información más extras.

Por otro lado, cientos de miles de lectores de la versión on-line, ya sea a través del smartphone, tablet u ordenador, consumen este tipo de información debido a la comodidad, al fácil acceso, a las grandes oportunidades de obtener mayor información gracias a la hipertextualidad y a poder interactuar con el medio. Pero también porque es, como ya se ha indicado anteriormente, “gratuito”. Y entrecomillamos gratuito porque la gente paga su tarifa de datos, de Internet…y muchos de ellos, ante la imposición de una tarifa de información, cambiaría de publicación sin ningún tipo de problema.


En cuanto a la ampliación de información, en el artículo se indica que en las versiones gratuitas electrónicas no se incluye el cien por cien de contenido del que aparece en la edición impresa. Si bien esto es totalmente cierto, no es menos cierto que un gran porcentaje de lectores no necesitan más de lo que se incluye en las ediciones digitales. En éstas, las noticias más relevantes vienen casi siempre íntegras y, aunque en algún caso no aparezca cierta información, el abanico de posibilidades dentro de la red hace que no sea, en principio, un gran inconveniente. Hoy en día la cantidad de información que está al alcance de cualquier internauta es abrumadora.

Con respecto al fin de la edición impresa, en el caso de que el director de la publicación tenga en mente esta idea, sería un gran error. Hay mucha gente que no está acostumbrada al uso de las nuevas tecnologías, o que simplemente, prefiere el papel de toda la vida. Aunque el número de lectores  esté en descenso la edición impresa cumple una función social. No sabríamos cuantificar el número de personas que en todo el mundo, va a la cafetería, al restaurante, y se toma un café mientras lee la prensa, pero seguro que ese número es lo suficientemente elevado como para no olvidarse de ellos.

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